18 enero 2008


Por la puerta de la Ciudadela pasaron los 33 orientales y el general Artigas pero la ciudad se quedó extramuros y en el lado antiguo sólo quedan los de los puestos ambulantes que se manifiestan en las calles peatonales porque los quieren cambiar de sitio para dejar más espacio a los turistas.
Del muro de la Ciudadela sólo queda una pequeña entrada mirando al este que resiste como la irreductible aldea gala al invasor "civilizado"
romanos convertidos en aluminio y hormigón
en aparatos de aire acondicionado
en cemento y motores
en cristales aislantes
ruedas
ruidos
Pero se ve el cielo y Orión nos guarda el sueño

3 comentarios:

Ceceda dijo...

...que siempre te quede la belleza de la palabra...aunque sea para hablar de algo tan horrendo como:
cemento, hormigón,
ruido, motor....
Angel Glez. hizo un poema a las cucarachas y decía Herrero Montoto,"que grande es el que puede meter en un poema palabras como: ortóptero y cucaracha y hacer que te llegue ese poema"
al otru llau de la mar todo en orden. besinos

Anónimo dijo...

por ahora estamos de prueba

Anónimo dijo...

ya estoy aquí, espero seguir y seguirte.
Un abrazo
¡qué sorpresa! eh!!!!