26 enero 2008



Reloj no marques las horas...

Así, detenido parece el tiempo en el Mercado del Puerto aunque los puestos de pescado brillen por su ausencia.

Tal vez sea uno de los edificios mejor conservados de la ciudad, con un aire estancado que transporta a historias arrabalescas y portuarias.

Suenan guitarras y compases, huele a carne a la parrilla, las brasas crean un micro-clima de humo y calor que sólo se soporta gracias al "medio y medio" que refresca gargantas y anima almas.

No hay comentarios: