11 junio 2008

La expresión "sentirse como en casa" se emplea mucho, pero creo que pocas veces de una forma realmente precisa, por lo que no la voy a usar aquí a pesar de que el domingo me sentí casi casi en familia, contenta e ilusionada al ver cómo se volcaban con el cumple-bautismo de la sobrina de Paula (mi compi uruguaya)...
"Casi como en casa"
La nena nació con una malrotación del estómago que le lleva produciendo severos problemas en su primer año de vida. Tras muchas vueltas, mucho teléfono, muchas puertas golpeadas parece que por fin le van a hacer la colonoscopia y la endoscopia y los estudios para saber si es celiaca o no.
No hay derecho a que lleven un año sin saber qué tiene la peque, sin que los médicos les dediquen un mínimo de atención, sin obtener respuestas.
Es en estos momentos cuando te das cuenta de que estás en un país con recursos limitados (por mucho que la ONU lo tenga catalogado como de renta media) que en el fondo lo que limitan son las oportunidades de desarrollo y de tirar p'alante de manera más o menos digna.
Pero los niños no dejan de ser niños y las risas y las palmas al ritmo del "Que los cumplas feliz" suavizan las congojas.

1 comentario:

Nómadas dijo...

Querida colega,

Me tomo la libertad de escribirte porque tenemos una emergencia humanitaria. Sólo necesito que leas algo sobre Guinea Ecuatorial, único país del continente africano que habla españól (como tú) y que, tras informarte, pienses si hay alguna manera de echarnos una mano, de ayudarnos a superar el gran drama que padece nuestro pueblo. Estoy escribiendo a todos los colegas que conozco o que encuentro en el ciber espacio.

Te dejo la dirección de nuestro blog por si lo consideras interesante. Gracias, de antemano, por estar ahí y ser periodista.

http://geconfidencial.blogspot.com/

PD.- La sensibilidad por el dolor ajeno te convierte en un "humano superior" Me gusta lo que escribes. Eres una reina.