AGUA

Me pasó en Roma y en Lisboa, en París, en Barcelona, en Montevideo, en Buenos Aires... Y me ha vuelto a pasar en Londres. Las ciudades y su relación con el agua me marcan, me sorprenden, me encantan.
El Tamesis hizo que los romanos eligiesen esta ubicación para Londinium. Un río navegable, punto ideal para un puerto interior, para fomentar el comercio, para mejorar las comunicaciones, para gestionar un Imperio.

Y recibir la primavera en un Londres luminoso y soleado creo que es una buena forma de comenzar el segundo trimestre del año, con la imagen de los guiris en manga corta y chanclas a pesar de las temperaturas (que no subían de 12-15º), con el olor de los puestos de comida de Brick Lane, con el ajetreo del Soho y de Covent Garden, con el perfil de los edificios de inspiración hindú, con la magnitud de Westminster, con la movida nocturna del East End, con la sonrisa de un amigo que está feliz allí.
Se me quedaron demasiadas cosas por ver pero una vez aprendido el camino siempre es más fácil regresar, ¿no? Y en definitiva Londres está ahí arriba mismo. Como decían los viejos tratados de la monarquía asturiana: "Linda al norte con Inglaterra, mar por medio"

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