29 marzo 2008

No suelo prodigar mis retratos por aquí pero creo que el lavado de cara al que he sometido a este espacio bien se merece dejarme ver de cuerpo (y alma).
Voy a cumplir tres meses en esta orilla y creo que estoy empezando a creérmelo ahora, como si hubiese permanecido en un profundo letargo de toma de contacto y aclimatamiento necesario.
Estoy básicamento contenta, meláncolica a ratos (pero en esta ciudad es difícil no sentirse así), entusiasmada con lo que queda por venir y deseando las visitas prometidas y las inesperadas.
Las últimas semanas he estado apática, con la sensación de que no estaba haciendo nada, de que la temida rutina de curro-casa-casa-curro se había instalado en mi vida.
Me ha costado seguir el consejo de hacer una lista con lo que he hecho o lo que me ha pasado en estos casi tres meses pero al final pude; si bien lo que salió no fue un listado al uso, sí anoté un montón de pensamientos inconexos que llenaron unas cuantas hojas.
Parece que se me va quitando la tontería y puedo seguir sonriendo, que es de lo que se trata.

4 comentarios:

Ceceda dijo...

y yo que te dije que te pusieras el mundo por montera....�y mira c�mo me apareces....!!!!!.
venga, nena, sonr�e y ya sabes:"t� vales mucho".
Besos del otru llau de la mar...

Anónimo dijo...

Mola mari, el lavado de cara del blog. Yo me estoy enganchando a todo tipo de blogs y el tuyo por cierto sabes que me encanta.

Mi lavado de cara fue mas facil para mi porque lo hizo el mejor webmaster del mundo, un tal Joserra Charte que creo que solo trabaja para mi blog.

Besos guays para el uruguay

La oveja magenta dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
La oveja magenta dijo...

¡Mari, tú has adelgazado una barbaridad! ¿No te dan de comer en la otra orilla, muchacha? En todo caso, estás tan guapa como siempre, con esa cara que pendula entre la candidez de Heidi y la inteligencia brillante reflejada en el brillo de los ojos.
Me alegro muchísimo de que ya te vayas asentando -cuesta mucho; meses- porque será ahora cuando más disfrutes de todo lo que te rodea.
Cuento los días para reencontrate en la otra orilla.
Mientras tanto, es reconfortante la compañía que me haces con tus comentarios en mi blog (¡y qué comentarios, que al final, voy a tener autoestima y todo!). Espero que los míos te den un poco de calor y te acerquen a esta otra orilla. Un besote.