28 mayo 2009

Le destrozaron las manos, esas manos grandes que arrastraba con dulzura sobre su guitarra, a culatazos y después lo acribillaron con 44 balazos... Pero su voz sigue sonando, esa no lograron silenciarla, y parece que hoy se ha dado un pasito más hacia la clarificación y la justicia

El camino siempre se puede ir ensanchando, la libertad encuentra las grietas para colarse:


1 comentario:

Pillary dijo...

Nunca se hace justicia del todo, pero siempre es mejor esto que nada. No llegaremos a saber ni la mitad de lo que pasó, eso se lo llevaron Víctor y otros muchos, pero al menos nos consolaremos con que se haya acabado el mutismo total. A lo mejor algún día incluso llegan las condenas en tiempo real, y no 40 años después.
Besos guapa